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Abril 2024

Es la pascua del Señor.
Comenzamos este mes con los ecos de las celebraciones de la Semana Santa. Es Cristo Resucitado quien da sentido a toda nuestra labor educativa.

Si el fin de la educación es formar al hombre según el Corazón de Dios, ¿Podríamos hacerlo con nuestras propias fuerzas, nuestros medios o programas o nuestra sabiduría pedagógica? No es posible, pero Cristo ha entrado en nuestra historia para reordenarla y con Él pasar de la tristeza a la alegría, de la oscuridad a la luz, del pesimismo a la Esperanza.
Cristo ha resucitado.
Aquí esta la clave. Educamos al «hombre nuevo» capaz, por la resurrección de Cristo, de vencer el pecado que oscurece la inteligencia y debilita la voluntad.
La esperanza de los padres, la entrega de los profesores, la misma amistad entre los alumnos es alumbrada por Cristo resucitado.
Por eso este mes es un eco agradecido de la Victoria que da sentido a todo lo que realizamos como colegio.
Cristo ha resucitado. ¡aleluya, aleluya¡
Esta es nuestra seguridad, nuestra confianza, la certeza que nos impulsa a nuestra labor educativa sin dejarnos arrastrar por doctrinas complicadas y extrañas, porque Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre.

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