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Diciembre 2022

Vamos terminando el año 2022, ha sido un año rico en experiencias, quizás también en sufrimientos, ojalá lo haya sido rico en alegrías y esperanzas.

Iniciamos la celebración del tiempo de adviento. Este tiempo es la espera del triunfo definitivo de Cristo, recordamos que Él ha nacido en Belén, Él tomando cuerpo humano ha muerto en la cruz y así el mal ya ha sido vencido en su raíz. Por tanto, podemos tener la «certeza de la esperanza» que el mal va a ser vencido.

El colegio vive también, en todas sus manifestaciones y con especial gozo, este tiempo de adviento, porque es un tiempo de esperanza, así como la educación es un acto esencial de esperanza.

Este mes nuestros alumnos mayores se despiden del colegio, siempre es una alegría ver cómo egresan las generaciones y una tristeza no poder seguir el trabajo de educación con ellos, pero los vemos felices y con grandes sueños. Pedimos a Dios que, en su nuevo camino, sean hombres y mujeres que busquen incansablemente la verdad, apoyados en el amor del corazón de Jesús. Ya saben que esta será siempre su casa. Agradecemos a todos los profesores que durante estos años se entregaron para educar a esta generación.

Este mes tenemos también la fiesta de la Inmaculada Concepción de María, que Ella nos ayude para sostenernos en la lucha y en la esperanza, en María vemos ya realizado el fruto de la redención que nos espera a todos los hijos de Adán.

Este mes el colegio se llena de eventos, representaciones, exposiciones de los trabajos hechos a lo largo del año, paseos de curso, y los campamentos de verano, que se ofrecen a los niños para crecer en ambiente de oración de diversión y de amistad sana entre ellos. Es verdad que llegamos cansados, es verdad que se nota el peso del año, pero resuena en nuestro corazón la voz del Salmo qué nos dice «descansa solo en Dios alma mía porque él es tu esperanza».

Celebremos la Navidad recibiendo al niño Dios en nuestro corazón con alegría, sabiendo que Él nos trae la salvación y nos sostiene en la esperanza frente a la oscuridad y las tinieblas de la noche, en especial en estos tiempos de emergencia educativa. Contemplar al niño Dios es una invitación para aprender a mirar a cada niño, imagen y semejanza de ese niño que educaron María y José.

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