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Noviembre de 2021

Comenzamos noviembre celebrando la fiesta de todos los Santos y la Conmemoración de todos los Fieles Difuntos, no como una trivialización de la muerte, no como algo esotérico sino como realidad de nuestra vida que nos hace caer en la cuenta que hemos sido creados para alabar, hacer reverencia y servir a Dios nuestro Señor, y de esa manera salvar nuestra alma. Y así la muerte se convierte en la Hermana Muerte, por la que también debe ser loado el Creador de todas las cosas. El papa Benedicto nos ha dicho: “Es muy importante que los cristianos vivamos la relación con los difuntos en la Verdad de la fe, y miremos la muerte y el más allá a la luz de la Revelación…. no afligirse como los hombres sin esperanza. “Si creemos que Jesús ha muerto y resucitado, del mismo modo, a los que han muerto en Jesús, Dios los llevará con él”. (1 Ts 4, 13-14)”

También en este mes, en que casi llegamos al término del camino del año, cuando las cosas se aceleran por la cercanía del final y el cansancio se acumula, se nos regala un tiempo para poder caminar “bajo el amparo de María”. Una vez más, cada mañana a partir del 8 de noviembre, nos juntaremos a sus pies para cantar “venid y vamos todos con flores a María” y un año más regalaremos a la Madre las flores de nuestro cariño y nuestras oraciones por las distintas necesidades de la Iglesia, de nuestro país y del mundo. Todos en el colegio, nos esmeramos en la delicadeza y ternura con la Madre en estos días. Además, en este mes y de la mano de María, dos cursos peregrinan al santuario de la Inmaculada Concepción en el cerro San Cristóbal; primero los 4° Básicos para recibir su rosario, y luego los 8° Básicos, para hacer su consagración a la Virgen. Especialmente en esa edad donde las batallas por la fidelidad a Cristo se recrudecen ante la fuerza del mundo y sus seducciones, queremos armarlos con la fuerza de la gracia de Cristo que nos viene a través de la mediación universal de tan buena Madre.
Noviembre es también el mes en que los alumnos de IV Medio van dejando el colegio. Queremos despedirlos desde aquí y deseamos que, fieles a la verdad conquisten este mundo para Cristo. Que sean testimonio vivo de lo que aquí aprendieron y, siempre que quieran, vuelvan a esta, su casa, donde les recibiremos como hijos muy queridos.
Ya avanzado el mes, el domingo 21 de noviembre, celebramos la fiesta de Cristo Rey y nos alegramos de proclamar en el colegio que queremos que Cristo sea el Rey y el centro de todos los corazones, de todas las actividades y, en fin, del colegio entero, que con la consagración al Sagrado Corazón, renovada solemnemente cada año, podamos cumplir aquel deseo al que nos invitaba san Juan Pablo II: Abrid las puertas a Cristo, no tengáis miedo…y así, solo en Dios ponemos nuestra confianza.

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