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Marzo 2019

Al comenzar este año escolar me preguntaba qué consejos podríamos dar, desde estas letras, a los alumnos y sus familias, y recogiendo los consejos de Santo Tomás de Aquino me atrevo a proponerles algunas cosas para adquirir el tesoro de la ciencia:

“Porque me rogaste, carísimo en Cristo Juan, que te orientara cómo te conviene estudiar para adquirir el tesoro de la ciencia, te aconsejo lo siguiente: Preferir entrar por los ríos, y no enseguida por el mar, puesto que conviene llegar por lo más fácil a lo más difícil. Procura ser parco de palabras, y difícil en acudir a lugares de distracción; cuida la pureza de conciencia; no dejes de darte a la oración;(…) muéstrate amable con todos; no dejes de imitar los ejemplos de los santos y los buenos; no mires quién ha dicho las cosas, sino que todo lo bueno que se diga, encomiéndalo a la memoria; permanece frecuentemente en el silencio (en tu celda), si quieres ser introducido en el trato del amor divino, huye sobre todo el vagar y salir fuera de casa; procura entender lo que lees y lo que oyes en las clases; procura cerciorarte en las dudas; y, como quien desea llenar su recipiente, esfuérzate por conservar en el archivo de tu mente lo que puedas; no persigas lo que sobrepasa tus posibilidades.

Siguiendo estos consejos, darás y producirás ramas y frutos útiles, mientras vivas, en la viña del Señor. Si siguieres estos pasos, podrás llegar a lo que desees” (Carta de santo Tomás de Aquino a un estudiante (fragmentos)).”

Pronto nos iremos de expedición, ese tesoro del colegio donde nos dejamos asombrar de las maravillas de Dios conocidas por las ciencias humanas, y que nos llevan a vivir de la contemplación como, a san Francisco de Asís, en el cántico de las criaturas “Altísimo y omnipotente buen Señor, tuyas son las alabanzas, la gloria y el honor y toda bendición. A ti solo, Altísimo, te convienen y ningún hombre es digno de nombrarte. Alabado seas, mi Señor, en todas tus criaturas…”

Y con gusto recibiremos a todos los apoderados del colegio en las reuniones de curso, a fin de entrar en esa profunda comunión, por la cual nos encomiendan colaborar en la educación de sus hijos, según el proyecto educativo que el colegio ofrece y que ellos entienden como el que mejor interpreta su obligación primaria delegada en el colegio.

Encomendamos a Nuestra Señora del sagrado Corazón todos nuestros trabajos y pedimos, ya desde ahora, una oración constante por los profesores del colegio.

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