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Saludo Martes 23 de Junio

Queridos profesores y familias del colegio, ¡qué texto para nuestras soledades de pandemia!

«De una cosa me tengo que convencer: Todo lo que hago es por Dios. Las alegrías Él me las manda; las lágrimas, Él me las pone; el alimento por Él lo tomo, y cuando duermo por Él lo hago.
Mi regla es su voluntad, y su deseo es mi ley; vivo porque a Él le place, moriré cuando quiera. Nada deseo fuera de Dios.
Que mi vida sea un «fiat» constante.
Que la Santísima Virgen María me ayude y me guíe en este breve camino de la vida sobre el mundo.
Antes sufría al verme solo. Bendita soledad, Señor, en que me pones… No quiero que me hable ninguna criatura. ¿Qué me pueden decir que Tú desde tu Cruz, no me enseñes?
Cuando tengo una duda, o algo en que estoy incierto, cuando me aprieta una tentación o me dejo llevar de alguna flaqueza…, procuro hacer un acto de humildad a los pies de tu Cruz, y besando tu divina sangre que escurre de las llagas de tus pies por el madero…, pedirte protección, ayuda y consejo…, lo que Tú me inspiras en aquel momento, eso hago.
Bendita soledad en la que Tú sólo recoges mis penas. En la que Tú sólo recibes mis lágrimas, y para quien sólo son mis fervores, mis ansias de tu amor, mis deseos de padecer una partecica de tu cruz.
Ya no me quejo de nada, Señor… Sólo quiero hacer tu voluntad y creo, Señor, en la obediencia humilde, cumplirla.
Sólo pretendo vivir una vida muy sencilla, sin cosas extraordinarias…, muy oculto a los hombres mi amor por Ti…» (Hermano Rafael Arnaiz).

Que Dios les bendiga y la Virgen les cuide.

Padre Javier Jaurrieta G. HNSSC

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