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Saludo Lunes 24 de Agosto

Queridos profesores y familias del colegio:

      Ayer me topé con el testamento espiritual que San Luis María Grignion de Monfort hizo ante la proximidad de su muerte. Tiene varios párrafos muy edificantes, les comparto uno de ellos.

      “¡Oh dicha, luz y vida mía!, te deseo de todo corazón. Anhelo indeciblemente estar cerca de Ti para amarte y glorificarte con toda la pureza y perfección posibles. Por ello te suplico, Dios de mi corazón, que libres mi alma de la prisión de mi cuerpo. Rompe, te pido, los lazos que la aprisionan y dale la libertad de tus hijos, a fin de que ella te cante por la eternidad himnos de bendición en la patria de los vivos, porque sólo en ella y no en la de los moribundos podré alabarte y amarte perfectamente. Caminaré en presencia del Señor, en el país de la vida. Sólo allí podré, Dios mío, agradarte sin desagrado; contemplarte sin oscuridad, amarte sin inconstancia y servirte sin defectos. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo. ¡Qué deseables son tus moradas, Señor de los ejércitos! Al despertar me sacaré de tu semblante. Hasta entonces ¡oh Señor!, no tendré paz, mi corazón no dejará de latir y seguirá languideciendo de amor. Creaste para Ti mi corazón, que seguirá inquieto hasta descansar plenamente en Ti”.

      Es un hombre que mira la muerte con deseo, como una puerta a la libertad, al sumo bien, a la paz eterna. Cuanto desearía tener este anhelo de Dios que vence incluso al mayor de los temores, la muerte, que hoy, mañana o cualquier día me llegará. Señor, creo, pero aumenta mi fe.

      Deseando que Dios les acompañe y bendiga en este día, me despido de ustedes.

Padre Josep Vives G. HNSSC

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