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Saludo Lunes 14 de Septiembre

Queridos profesores y familias del colegio:

   El Padre Mateo Crawley, gran apóstol del Corazón de Jesús nos invita así al descanso:

     «Venid a Mí, todos los que sufrís pobreza y enfermedades…, apresuraos… traed a mis pies la carga de vuestras aflicciones, que Yo os aliviaré en la piscina de mi Sagrado Corazón…
     Venid a Mí, todos los que sufrís contradicciones de las criaturas…, los que habéis chocado contra la injusticia de los hombres, los que habéis experimentado reveses de fortuna y penosísimos trastornos de familia…, acudid a Mí…, que yo os aliviaré en el santuario de mi Sagrado Corazón.
Venid a mí, los que lloráis la ingratitud de los amigos, y tal vez de los de vuestra propia sangre… ¡Oh! no tardéis, porque ese desamor os mata el alma…; venid, que Yo os aliviaré en los incendios de mi Sagrado Corazón.
Venid a Mí, los que arrastráis una existencia muerta…, los que vivís de tedio y soledad…; acudid a Mí los olvidados…, los que en la aurora de la vida, sentís ya la fatiga del destierro…, arrojaos en mis brazos, que Yo os aliviaré con las ternuras… y en el jardín de mi Sagrado Corazón.
     Venid a Mí, buscad mi pecho los desatendidos…, los desdeñados y los mal comprendidos de los mismos buenos…, los censurados en el afán de darme gloria…; acudid, amigos, que Yo os aliviaré, brindándoos el cáliz de mi Sagrado Corazón.
     Venid a Mí, arrastrando vuestros duelos…, venid los que lloráis la ausencia de un hijo, de una madre, de un esposo, de un hermano…; volad sin más demora a mi Sagrario los que tenéis el umbral de vuestras casas marcado por la muerte con cruz de lágrimas…; venid, que Yo os aliviaré con la inefable paz de mi Sagrado Corazón.
     Venid, que el tiempo es una sombra… y eterno el cielo; venid, los que sentís sed de amor y de justicia…; tened ánimo valiente… que Yo soy Dios, y también he agonizado…  Tomad, comed mi Pan, mi Eucaristía… ¡Ea!, levantaos y, para seguir luchando, venid, que Yo os confortaré en el paraíso terrenal de mi Sagrado Corazón”.

   Que el Señor les bendiga.

Padre Javier Jaurrieta G. HNSSC

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