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Saludo Jueves 30 de Abril

Queridos profesores y familias:

 

Seguimos en estos días tan extraños que nos toca vivir, y vemos como de todas partes se nos invita a una responsabilidad, a unas exigencias, una nueva normalidad que garantiza la felicidad en la tierra y me encuentro con este texto de san Agustín que nos indica otro camino, otro modo de vivir que viene del Espíritu Santo y que hace buenos a los hombres:

 

(De la carta a Proba)

“Debes, pues, por el amor de la vida verdadera, considerarte desolada en el siglo, sea cualquiera la felicidad que te envuelva. En conformidad con aquella vida verdadera (en cuya comparación esta que tanto se ama, por muy alegre y larga que sea, no merece el nombre de vida) es también verdadero el consuelo que el Señor promete por el profeta, diciendo: Le daré un consuelo verdadero, paz sobre paz.

 

Sin ese consuelo, en todos los otros consuelos más se encuentra desolación que consolación.

 

Porque las riquezas y las cumbres de los honores y las demás vanidades con que se juzgan felices los mortales, por no conocer aquella verdadera felicidad, ¿qué consolación brindan? (…), con tales bienes no se hacen buenos los hombres (…); no está en ellas el verdadero consuelo, sino más bien allí donde está la verdadera vida, puesto que es necesario que el hombre se haga bienaventurado con lo mismo que se hace bueno.

 

Parece que los hombres buenos brindan en esta vida no pequeños consuelos. Si la pobreza aprieta, si el luto entristece, si el dolor corporal atormenta, si acongoja el destierro, si cualquiera calamidad angustia, hay hombres buenos que no sólo saben alegrarse con los que se alegran, sino también llorar con los que lloran, y saben hablar y conversar amablemente. Suavizan no poco las asperezas, alivian las cargas, ayudan a superar las adversidades; pero en ellos y por ellos obra aquel que los hace buenos con su Espíritu”.

 

 

Que el Espíritu Santo, Señor y Dador de Vida, nos conceda esa bondad que nos hace ser testigos de la ternura de Dios, especialmente en la casa.

 

 

Padre Javier Jaurrieta G.

HNSSC

 

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