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Saludo Jueves 26 de Marzo

Queridas familias y profesores:

 

Levanto mis ojos a los montes. ¿De dónde me vendrá el auxilio? Cuántas veces sentimos esta impotencia. Quizás estos días nos sentimos sobrepasados, agobiados por una situación que nos supera: confinamiento, soledad de los ancianos por cuidarlos a ellos mismos, no saber cuáles son las decisiones adecuadas, inquietud económica respecto al futuro, en fin, parece que no somos protagonistas de nuestra propia historia y rabiamos, nos entristecemos, y nos sale esa pregunta medio rebelde; ¿es que nadie puede ayudarnos? Volvemos los ojos a «nuestros montes» y esperamos que el estado, las isapres, fonasa, las instituciones como el colegio vengan en nuestro auxilio… y todas, mal o bien hacen su pega, y todas se quedan cortas…porque esa íntima percepción de nuestra fragilidad, ese caer en cuenta de nuestra debilidad y pobreza solo puede auxiliarla nuestro Dios. Por eso sigue el salmo «el auxilio me viene del Señor que hizo el cielo y la tierra». Qué bien se entiende ahora ese grito de alegría de santa Teresita: “lo que agrada a Dios en mi pequeña alma es que ame mi pequeñez y mi pobreza. Es la esperanza ciega que tengo en su misericordia”.

Por eso, queridas familias, aunque los «montes» puedan auxiliarnos, nuestro auxilio es el Nombre del Señor.

 

Un abrazo a todos y que Dios les bendiga.

 

 

 Padre Javier Jaurrieta G.

HNSSC

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