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Saludo Jueves 11 de Junio

Queridos profesores y familias del colegio:

Hay un dicho popular que reza así: “Tres jueves brillan más que el sol”; Jueves Santo, Corpus Christi y la Ascensión. Hoy es el segundo de estos días esplendorosos. Dios quiera concedernos poder admirar la grandeza de lo que celebramos.

¡Dios está aquí! Jesucristo está en el sagrario del colegio y en tantos otros sagrarios de la ciudad. Él está como un oasis en medio del desierto, como un faro esplendente en medio de la oscuridad, como fuego que deshace nuestra frialdad, como brisa suave que enjuga nuestras lágrimas, como Padre amoroso que vela por sus hijos. ¡Él está aquí!, cantemos con gozo, «cantemos al Amor de los amores, cantemos al Señor. Dios está aquí, ¡venid adoradores!, adoremos a Cristo Redentor ¡Gloria a Cristo Jesús!, cielos y tierra, bendecid al Señor. Honor y gloria a ti, Rey de la Gloria, amor por siempre a ti, Dios del Amor”.

Dios quiera que todos los días, pero especialmente hoy, podamos encerrarnos un momento en el silencio de nuestra pieza y pedir a nuestro ángel y a los Santos de nuestra devoción que lleven nuestra alma junto al sagrario. Permanezcamos unos instantes en silencio, pongamos nuestra vida en sus manos y disfrutemos, como lo han hecho tantos Santos, del Amor infinito de Dios que nunca nos abandona. «¿Acaso olvida una mujer a su niño de pecho, sin compadecerse del hijo de sus entrañas? Pues, aunque ésas llegasen a olvidar, yo no te olvido. Míralo, en las palmas de mis manos te tengo tatuada” (Is. 49,15).

Quizá nos puede ayudar una oración que un sacerdote de Toledo, Gonzalo Mazarrasa, compuso para cantarla delante del Santísimo expuesto en la custodia Dice así:

“Me basta con saber que estás aquí
encerrado en una urna de cristal,
volando a lomos de una nube gris,
caminando de nuevo sobre el mar.

 Me basta con saber que estás aquí,
aunque tardes un poco en regresar,
tú dijiste que habías de venir,
haz que no nos cansemos de esperar.

 Me basta con saber que estás aquí,
aunque no se te oiga respirar
y ni siquiera el corazón latir,
me basta con tu nombre pronunciar.

 Me basta con saber que estás aquí
preparándonos una eternidad
aunque tengamos antes que morir
para poder después resucitar.

 Me basta con saber que estás en mí
y que nada nos puede separar
ni la angustia, ni el hambre, ni el sufrir,
ni el peligro, la espada o la precariedad.


Me basta con saber que estás aquí
y que eres el principio y el final,
que te obedece el tiempo y el sol sale para ti,
que das orden al viento y deja de soplar.

 Me basta con saber que estás aquí
y que pronto nos hemos de encontrar,
que nuestra travesía tiene un fin
y Tú estás esperando en la orilla del mar.

Me basta con poder decir que sí
y darte mi permiso para entrar,
que tu palabra se haga carne en mí
y que se cumpla así en todo tu voluntad.

 Me basta si al morir puedo decir
que todo se ha cumplido y exhalar
el último suspiro inclinándome hacia ti
para rendir mi espíritu y luego volar.

 Me basta porque sé que así te basta a ti,
me bastará aquel día poder escuchar
que pronuncias mi nombre para bendecir
y olvidas todo lo que pude hacer de mal,
me bastará”.

Nos basta saber que el Señor sigue en el sagrario amándonos, bendiciéndonos.

Un fuerte abrazo a todos, que Dios les bendiga y la Virgen les cuide. Feliz día de Corpus, ¡Viva Jesús Eucaristía!

 

Padre Josep Vives G. HNSSC

 

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