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Saludo Domingo 31 de Mayo

Queridas familias y profesores del Colegio:

El Don de Temor de Dios no significa tener miedo de Dios: ¡no, no es eso! Sabemos bien que Dios es Padre y que nos ama y quiere nuestra salvación y siempre perdona porque un corazón contrito y humillado nunca lo desprecia. ¡Así que no hay razón para tener miedo de Él!
El temor de Dios, en cambio, es el don del Espíritu que nos recuerda lo pequeños que somos delante de Dios y de su amor, y que nuestro bien consiste en abandonarnos con humildad, respeto y confianza en sus manos. ¡Esto es el temor de Dios: este abandono en la bondad de nuestro Padre que nos quiere tanto! Es la certeza del amor de Dios que el alma no quiere perder (teme perder ese amor).
Cuando el Espíritu Santo toma morada en nuestro corazón, nos da consuelo y paz, y nos lleva a sentir como somos, es decir, pequeños, con aquella actitud , tan recomendada por Jesús en el Evangelio, de quien pone todas sus preocupaciones y sus esperanzas en Dios y se siente envuelto y apoyado por su calor y protección, ¡igual que un niño con su padre!
El temor de Dios nos hace tomar conciencia de que todo viene de la gracia y que nuestra verdadera fuerza reside sólo seguir al Señor Jesús y dejar que el Padre puede derramar sobre nosotros su bondad y su misericordia. Abrir el corazón para que la bondad y la misericordia de Dios lleguen a nosotros.
Cuando somos colmados por el temor de Dios, entonces estamos llamados a seguir al Señor con humildad, docilidad y obediencia.
Y hace hombres tan «necesitados» de Dios que ya no pueden concebir su vida sin ese Amor que es toda su fundamento.

Muy feliz domingo de Pentecostés.

Padre Javier Jaurrieta G. HNSSC

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